El trabajo con el barro estimula los sentidos y desarrolla la imaginación de los niños, lo que conlleva a mejorar su desarrollo psicomotriz y las habilidades de motricidad fina, así como la creatividad que les ayudará a ampliar su capacidad para resolver problemas de la vida cotidiana.​

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​La experiencia de preparar el barro propicia el trabajo en equipo y amasarlo permite a los niños adquirir conciencia de su cuerpo. Modelando, aprenderán de manera lúdica técnicas de construcción que fomentan la coordinación y motricidad; ayudando a su capacidad de atención y paciencia.

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El trabajo artístico de la cerámica fomenta la creatividad de los pequeños de manera asombrosa, pues les provee de herramientas para expresar sus inquietudes, fantasías e incluso frustraciones. Las cualidades plásticas e inofensivas del barro permiten que los niños trabajen sin miedo y con total libertad. Así, los niños podrán explayarse sin encontrar tantas restricciones e infinidad de reglas que usualmente encuentran en su contexto: podrán mancharse, meterse en el barro y aprender jugando.

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Además del trabajo de creación a través de la escultura o con ayuda de los moldes, contamos con un torno que permite a los niños explorar nuevas formas de expresión a través del manejo de esta herramienta. Dominar este arte requiere del sentido del equilibrio y de la concentración, además, crear piezas utilitarias, que pueden usar en su vida diaria, causa mucha emoción a los niños.